Entre marañas de luz,
a solas y sedienta,
vi que me tendías la mano
en actitud abierta.
Porque buscas paz en tu mente
y sosiego a tus entrañas,
yo quiero ser clemente
y contestar tu demanda.
Eres lira en el viento
perfume de la calma.
Y... porque eres así,
yo te recibo en mi alma.
Tu páramo de nostalgia
es como pájaro, de pico corvo,
que te rasga las entrañas.
Eres avecilla herida,
que triste canta en la rama.
No quisiste nada del mundo
y te cerraste al mañana.
Mi perdón, sin que lo pidas,
quiere curar tus heridas
porque sé que eres honrada.
Pasé por aquí vagabundo,
y ahora quiero partir
con tu mirada.
Al reclamo de tus quejas
me paré por el camino
porque algo llegué a notar
que me pasaba aquí dentro.
Y era que te empezaba a amar
estando mi alma cogida
por los dedos de tu alma.
